Mike Wirth, director ejecutivo de la gigante petrolera estadounidense Chevron, ha salido públicamente en defensa de que su empresa mantenga operaciones en Venezuela, a pesar de la creciente fricción política entre Washington y el gobierno de Nicolás Maduro.

    En una entrevista con CNBC, Wirth afirmó que la presencia de Chevron ha sido consistentemente «constructiva« tanto para Estados Unidos como para Venezuela y, destacó que el crudo pesado venezolano sigue siendo esencial para las refinerías estadounidenses, lo que le da a su compañía un rol estabilizador.

    Wirth argumentó que, incluso en tiempos de alta tensión, el comercio puede ser un mediador: «Creemos que el comercio regional y la inversión extranjera son un vehículo para que los países trabajen juntos», declaró. Para él, la continuidad de las operaciones de Chevron «puede servir como un puente en tiempos de fricción política», priorizando la estabilidad y los canales de negocio sobre la volatilidad.

Intereses comerciales vs. presión política

    Las declaraciones de Wirth reflejan el gran problema al que se enfrenta la política de Estados Unidos respecto a Venezuela:

  1. Interés energético: Washington necesita el flujo constante de crudo pesado para sus refinerías, pues es una cuestión de seguridad energética.
  2. Interés político: Al mismo tiempo, el gobierno estadounidense busca presionar al gobierno de Maduro con sanciones para forzar un cambio político.

    El rol de Chevron es único porque opera bajo una licencia especial, una especie de permiso emitido por EE.UU. que le permite saltarse algunas de las sanciones más severas. Esto demuestra que los intereses económicos a largo plazo (es decir, mantener el crudo fluyendo) a menudo chocan con las tácticas de confrontación política a corto plazo, en ese sentido, la petrolera, con esta licencia, se convierte en un actor clave.

Fuente: Red Radio Ve

360°/PG/CV