Venezuela ha convertido el cultivo de macroalgas en un eje estratégico de su economía azul, impulsado por políticas públicas orientadas a diversificar la producción y promover un desarrollo sostenible. Este impulso se enmarca en un contexto regional donde la economía marina y la biotecnología verde ganan relevancia, y se alinea con iniciativas internacionales que destacan la importancia de marcos regulatorios claros, planificación costera y cadenas de valor conectadas a saberes locales.
Venezuela se ha convertido en el epicentro del cultivo de macroalgas en el Caribe, con especies como Eucheuma denticulatum y Kappaphycus alvarezii. El potencial cultivable supera las 10.000 hectáreas, principalmente en Nueva Esparta, Sucre y Falcón, posicionando al país en la vanguardia de la economía azul en América Latina.
Impacto internacional y regional
Según el informe «Estado Mundial de la Pesca y la Acuicultura» (SOFIA 2024) de la Organización para la Alimentación y Agricultura (FAO), el cultivo de macroalgas representa el 17% de la producción mundial de pesca y acuicultura. Venezuela ocupa el puesto 15 a nivel mundial y el segundo lugar en la región, liderando la producción de algas carrageninas con 7.382 toneladas en 2024, exportando a Túnez, Chile y Corea del Sur, entre otros.
La FAO, con la participación de varios países latinoamericanos, trazó en 2024 una hoja de ruta para fortalecer marcos normativos, planificación costera, investigación aplicada e inclusión social, con el objetivo de convertir a las macroalgas en eje de la economía azul regional.
Modelo productivo y desarrollo comunitario
El modelo venezolano fusiona granjas comunitarias y granjas integradoras, alcanzando 70 hectáreas cultivadas. En Tubores, Nueva Esparta, 346 granjas comunitarias involucran a más de 900 personas, en su mayoría mujeres, junto a tres empresas y una planta de bioestimulantes, dando origen a CONPPA y fortaleciendo la gestión comunitaria.
La política estatal impulsa la “Venezuela Azul”: superar las 60.000 toneladas secas al año y desarrollar una cadena de valor completa, incluidas plantas procesadoras de hidrocoloides. Estas metas están alineadas con tendencias internacionales y consolidan a Venezuela como líder regional en algas carrageninas.
Las macroalgas en la Venezuela Azul
• Diversificación económica, el cultivo de algas marinas se convierte en un pilar fundamental de la economía local, reduciendo la dependencia de actividades tradicionales y generando nuevas fuentes de ingresos económicas para la comunidad que impacta positivamente en la nación.
• Creación de una cadena de producción y comercialización de productos derivados de las algas, dadas las bondades de esta especie, podemos a partir de ellas producir desde alimentos funcionales hasta cosméticos, bio-estimulantes agrícolas, bioplásticos y biocombustibles, lo que da un valor agregado y aumenta los beneficios económicos.
• Mejora en la calidad de vida al incrementar los ingresos de las familias, lo que se traduce en un impacto positivo en las condiciones de vida, bajando los niveles de pobreza en las comunidades involucradas en esta actividad económica.
• Empoderamiento de las mujeres, ya que participan en todas las etapas del proyecto, desde la producción hasta su comercialización, incluso exportación.
Reconocimiento internacional
La experiencia venezolana ha ganado atención internacional gracias al Plan de la Patria, la protección ambiental y el enfoque en saberes locales. Recientemente, Karlotta Rieve, gerente de proyecto de Hatch Blue, visitó el país para conocer de cerca los avances. Hatch Blue, que expande Seaweed Insights en América Latina, identificó a Venezuela como un punto clave para la innovación y el desarrollo sostenible en acuicultura, destacando la velocidad de crecimiento de las especies y la organización de las granjas.
La trayectoria de Venezuela en el cultivo de macroalgas propone una visión para América Latina: una economía azul más robusta, inclusiva y basada en saberes locales y tecnología. Con marcos regulatorios claros y una estrategia de valor agregado, el país tiene potencial para convertirse en referente internacional en este sector emergente.
Fuente: Ministerio de Pesca y Acuicultura
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