En su más reciente análisis desde el espacio «Claramente», la periodista Clara Vega profundiza en la actualidad política de Venezuela, donde, a tan solo meses de las elecciones de gobernadores, alcaldías, consejos legislativos y más, la extrema derecha vuelve a hacer un llamado a la abstención. ¿Realmente representa este sector a toda la oposición? ¿Qué intereses hay detrás de esta estrategia? Vega ofrece una mirada crítica sobre lo que podría estar en juego en este nuevo ciclo electoral.

¿Una oposición unificada o un sector excluyente?

Venezuela se prepara para un proceso electoral que no solo incluye la elección de gobernadores y alcaldes, sino también consultas sobre proyectos del Poder Comunal y una reforma constitucional. Sin embargo, el mismo sector que acusa al gobierno de «dictadura» ha decidido convocar nuevamente a la abstención. Según Clara Vega, este llamado, que ya se ha dado en años anteriores (2005, 2018 y 2020), ha resultado en un aislamiento político de la extrema derecha, que no ha logrado generar resultados favorables. «Venezuela no es solo la ultraderecha», señala Vega, resaltando que otros partidos opositores, como COPEI y el MAS, han rechazado esta estrategia de autoexclusión, proponiendo una participación activa en el proceso electoral.

 

 

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La abstención como herramienta de deslegitimación

Vega destaca que, a pesar de que el llamado a la abstención por parte de la extrema derecha pretende delegitimar los procesos electorales e institucionales, hay una agenda más profunda que busca una desestabilización en el país. Este enfoque se extiende más allá de un simple rechazo a las elecciones, buscando, según la periodista, incitar disturbios en las calles y presionar al sector militar para desconocer al gobierno de Nicolás Maduro. Esta estrategia se apoya en una narrativa que no busca resolución pacífica, sino generar caos e inestabilidad.

La influencia internacional en la política interna

El análisis de Clara Vega también aborda los vínculos de la extrema derecha venezolana con actores internacionales, en particular con agencias estadounidenses como la CIA, que, sostiene, han financiado y apoyado movimientos de desestabilización en varios países, incluida Venezuela. Este tipo de intervención se encuadra dentro de un patrón de “revoluciones de color” que buscan debilitar gobiernos no alineados con los intereses de Washington. El método, expuesto por el ideólogo estadounidense Jim Charm, contempla una serie de pasos: protestas, deslegitimación de las fuerzas de seguridad, sabotajes, y finalmente, el derrocamiento no violento del gobierno.

Conclusión: ¿Venezuela ante un nuevo intento de injerencia?

Para Clara Vega, el llamado a la abstención por parte de la ultraderecha venezolana no es un simple acto de disidencia política, sino parte de una estrategia más amplia para desestabilizar el país y socavar la democracia. La periodista advierte que este tipo de movimientos no son ajenos a los intereses geopolíticos de actores internacionales que buscan intervenir en Venezuela, utilizando como herramientas a sectores radicales de la oposición. En este contexto, la abstención se revela como un intento más de deslegitimar el proceso democrático y de generar un clima de desestabilización.

En su análisis, Clara Vega deja claro que, a pesar de los llamados al caos, la oposición venezolana no es monolítica y existe una diversidad de sectores dispuestos a participar en las elecciones de manera pacífica y democrática. Sin embargo, los intereses externos continúan influyendo en los sectores más radicales, lo que plantea un escenario de alta tensión para los próximos meses en Venezuela.

360º/AR/OBP