La ciudad de Los Ángeles enfrenta momentos de tensión tras varios días de protestas contra los operativos migratorios. La situación se agravó el sábado en Paramount, donde se registraron enfrentamientos entre manifestantes y agentes federales. La policía usó gases lacrimógenos y granadas aturdidoras para dispersar a los protestantes, que respondieron lanzando objetos a las patrullas.
Ante la violencia, la administración de Donald Trump ordenó el despliegue de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional en la ciudad, una medida criticada por el gobernador Gavin Newsom, quien la calificó como provocativa. Aproximadamente 300 soldados ya están en Los Ángeles, en varios puntos clave, para intentar mantener la seguridad y promover protestas pacíficas.
El secretario de Defensa advirtió que, si la violencia continúa, podría activarse a los marines en Camp Pendleton. La noche del fin de semana fue marcada por más disturbios, incluyendo incendios y detenciones en varias áreas de los barrios de Paramount y Compton.
Mientras tanto, la Casa Blanca justificó el despliegue de la Guardia Nacional para frenar lo que llaman “anarquía”, pero las reacciones contradictorias han provocado un escenario de tensión que aún no se calma.
Fuente: Medios Internacionales
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