Fumar, beber en exceso y llevar una vida sedentaria pueden parecer inofensivos en la juventud, pero según un estudio publicado en Annals of Medicine, estos hábitos empiezan a afectar seriamente al cuerpo a partir de los 36 años.

La investigación, liderada por la doctora Tiia Kekäläinen, se basó en el seguimiento de personas de origen finlandés nacidas en 1959, cuyos datos se recolectaron a lo largo de varias décadas, desde los 27 hasta los 61 años. El estudio comenzó con 326 participantes y concluyó con 206, revelando que quienes mantuvieron hábitos poco saludables en su juventud sufrieron más enfermedades y trastornos emocionales con el tiempo.

«Las enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardíacas y el cáncer, causan casi tres cuartas partes de las muertes en todo el mundo», afirmó Kekäläinen. «Pero siguiendo un estilo de vida saludable, una persona puede reducir su riesgo de desarrollar estas enfermedades y disminuir sus probabilidades de una muerte prematura», añadió.

La conclusión es clara: mientras antes se abandone el estilo de vida poco saludable, mayores serán las posibilidades de llegar a la vejez con bienestar. «Nuestros hallazgos resaltan la importancia de abordar lo antes posible los comportamientos de riesgo para la salud, como el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y la inactividad física, a fin de evitar que los daños que provocan se acumulen a lo largo de los años y culminen en una mala salud mental y física en etapas posteriores de la vida», concluyó la doctora.

Fuente: RT

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