La Asamblea Nacional (AN) aprobó por unanimidad conceder los honores del Panteón Nacional al educador, filósofo, abogado, político, poeta y crítico literario Luis Beltrán Prieto Figueroa.
El acuerdo fue presentado por el diputado a la AN Gilberto Giménez, secretario general del Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) y nieto del maestro Prieto Figueroa, quien resaltó su legado y ejemplo para las generaciones futuras.
“El inmenso legado del Maestro de América va mucho más allá del área educativa, de su lucha por la educación como derecho fundamental para el pueblo venezolano, de organización y reivindicaciones del magisterio, la tesis del Estado docente que enarboló para enfrentar las pretensiones de la iglesia y sectores privados de parcelar la educación (…) desde el MEP, luchó por una verdadera nacionalización de los hidrocarburos. Redactó la primera ley de trabajo. Fue un humanista y estadista (…). Fue desde la socialdemocracia al socialismo”, recalcó Giménez.
Prieto Figueroa fue una importante figura política y educativa de Nueva Esparta, es el autor insular con textos más traducidos a varios idiomas, y el segundo asuntino en ser llevado al Panteón, luego del prócer Francisco Esteban Gómez, en 1877.
Desde muy joven se dedicó a la docencia. Fue maestro en la Escuela Francisco Esteban Gómez de La Asunción, en donde impartió estudios de primaria. Profesor de secundaria en el Liceo Andrés Bello, Instituto San Pablo. Profesor a nivel superior en el Instituto Pedagógico Nacional y en la Universidad Central de Venezuela. Fue fundador y primer presidente de la Federación Venezolana de Maestros en 1936. Se consideró uno de los mejores pedagogos de América.
Fue coautor del primer proyecto de Ley de Educación en 1948, y de la Ley de Educación, aprobada el 9 de julio de 1980. Uno de los principales aportes teóricos de Prieto sobre la educación, fue la tesis del Estado docente.
El 22 de agosto de 1959, fundó el Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE, actual INCES) con una Ley basada en las ideas de este insigne maestro, una educación con énfasis en el trabajo, las capacidades y el oficio.
Este reconocimiento no solo honra su vida, sino que también simboliza su inmortalización como una figura clave en la historia educativa del país.
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