El estado Portuguesa, conocido por su riqueza agrícola, se convierte anualmente en el escenario de un espectáculo natural impresionante: los campos de girasoles de Turén. Un rincón de Venezuela que ofrece una experiencia única en un paisaje de ensueño que combina la belleza natural, mágicos atardeceres y la cultura local de esta entidad llanera.
Un mar de flores doradas
Al llegar a Turén, los visitantes son recibidos por un mar de flores de pétalos dorados que se extiende hasta donde alcanza la vista. Los girasoles, que giran siguiendo el curso del sol, crean un imponente paisaje, una verdadera obra de arte natural. Un espacio perfecto para deleitar los sentidos, conectar con la naturaleza y disfrutar del agroturismo en un encantador lugar.
Turismo Agroecológico
Los girasoles de Turén forman parte de una iniciativa de turismo agroecológico que busca promover la sostenibilidad y el desarrollo local.
Los visitantes nacionales e internacionales pueden recorrer los campos, aprender acerca del cultivo de los girasoles y el proceso de extracción de aceite de sus semillas. Además, participan en actividades educativas que destacan la importancia de la agricultura sostenible. Este enfoque no sólo beneficia a los agricultores, sino que también brinda un espacio de recreación y esparcimiento a propios y visitantes, impulsando el agroturismo como fuente adicional de ingresos.
Un Espectáculo para los Sentidos
Turén es un espectáculo para los sentidos. Al amanecer, los girasoles comienzan a despertar, girando lentamente hacia el imponente sol naciente. Este espectáculo natural es acompañado por el canto de las aves y el suave susurro del viento entre las espectaculares flores doradas. Durante el día, los visitantes pueden pasear entre los campos, tomar fotografías, practicar la pesca de cachamas o volar en ultraliviano, deleitándose con el maravilloso paisaje y la tranquilidad del entorno. Al atardecer, el cielo se pinta en un degradado de cálidos colores, creando un contraste impresionante con el amarillo brillante de los girasoles, como una escena sacada de un cuento de hadas.
Mercados locales y Gastronomía
La visita a los campos de girasoles no estaría completa sin explorar los mercados locales, que ofrecen una variedad de productos artesanales y gastronómicos, permitiendo a los visitantes llevarse un pedazo de Turén a casa.
La gastronomía de Turén es otro de los atractivos que no se pueden pasar por alto. Los platos típicos de la región, y el exquisito chicharrón de pescado, son una delicia para el paladar. Los visitantes pueden disfrutar de esta delicia en los restaurantes locales o en los puestos de comida cercanos a los campos de girasoles y además pueden pescar el propio pescado que van a disfrutar en su versión de chicharrón.
La frescura de los ingredientes y la habilidad de los cocineros garantizan una experiencia culinaria inolvidable.
Los campos de girasoles de Turén son un tesoro natural que no solo embellece el paisaje venezolano, sino que también promueve la sostenibilidad y el desarrollo local.
Esta iniciativa de turismo agroecológico ofrece una experiencia única para los visitantes, combinando la belleza natural con la rica cultura y gastronomía de la región. Un viaje a Turén es, sin duda, una oportunidad para conectarse con la naturaleza y disfrutar de la magia de los girasoles.
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