En un evento que marcó un antes y un después durante el 2019, en la búsqueda de la paz en Sudán del Sur, el Papa Francisco convocó a los líderes del país, el presidente Salva Kiir y su principal opositor Riek Machar, con el objetivo de fomentar la reconciliación en una nación sumida en el conflicto civil desde 2013.

Durante este encuentro histórico en el Vaticano, el pontífice rompió con los protocolos tradicionales al arrodillarse ante los invitados y besar sus pies, un gesto simbólico que refleja su profundo compromiso con la paz y la unidad. «Le pido como hermano: quédense en paz», pronunció el Papa antes de dirigirse al presidente Kiir, instando a los líderes a convertirse en «artesanos de la paz».

En su emotivo discurso, el Papa Francisco pidió fervientemente que los líderes trabajaran juntos a través del “diálogo, la negociación y el perdón”. Subrayó que “la gente está cansada y agotada de las guerras pasadas” y advirtió que “con la guerra se pierde todo”. Este mensaje resonó en un país que ha sufrido intensamente a lo largo de los años por la violencia y la inestabilidad.

Reacciones y efectos de la iniciativa

Este gesto del Papa Francisco ha sido interpretado como un símbolo de esperanza y un recordatorio del poder del diálogo en la resolución de conflictos. Además, en los últimos meses, el Papa también ha generado controversia con su decisión de no permitir que los feligreses besen su anillo, buscando fomentar una relación más cercana y accesible con la comunidad católica.

La reunión en el Vaticano en 2019 representa no solo un momento crucial para la política de Sudán del Sur, sino también un significativo recordatorio de la necesidad urgente de avanzar hacia la paz y la reconciliación en un país que ha sufrido tanto.

 

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Fuente: LaSexta

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