En su más reciente análisis desde el espacio «Claramente», la periodista Clara Vega expone una contundente reflexión sobre la creciente criminalización de los migrantes venezolanos, calificándola como una manifestación clara del neofascismo contemporáneo.

¿Qué es el neofascismo?

Apoyándose en el análisis del académico libanés Gilbert Achcar, Vega explica que el neofascismo, a diferencia del fascismo tradicional, no impone una dictadura abierta, sino que opera bajo la apariencia de una democracia. Sin embargo, moviliza de forma agresiva a sus bases ideológicas, recurriendo al nacionalismo extremo, la xenofobia, el racismo, la masculinidad autoritaria y una hostilidad directa contra los valores emancipadores de la ilustración.

El neofascismo contemporáneo —según Achcar— florece sobre el resentimiento contra la migración global provocada por la globalización neoliberal y los conflictos que esta genera. Vega conecta esta lógica con las medidas adoptadas por la administración Trump contra los migrantes venezolanos.

Políticas discriminatorias contra venezolanos

Clara Vega señala que durante la gestión de Trump se revocó el Estatus de Protección Temporal (TPS) para más de 350.000 venezolanos, decisión que entrará en vigencia en abril de 2025. La justificación oficial fue que dicho estatus iba en contra de los intereses nacionales de EE. UU.

Además, se implementaron restricciones de ingreso que tildan a todos los venezolanos como posibles miembros de grupos criminales o terroristas. Esta narrativa se sustentó en un discurso mediático que usó términos como “illegal alien”, cargados de criminalización y deshumanización.

Otra de las prácticas denunciadas por Vega fue el traslado forzoso y detención de migrantes venezolanos en lugares como la base militar de Guantánamo y el CECOT en El Salvador, sin acceso al debido proceso legal, violando el derecho a la defensa, la presunción de inocencia y el asilo.

Un lenguaje que recuerda los peores momentos de la historia

La periodista establece un paralelismo inquietante entre el discurso de Trump y la retórica empleada por Adolf Hitler, especialmente en la justificación de la persecución y tortura de millones de personas en campos de concentración. Frases como “estos son los peores de la gente de todo el mundo” o “si regresan, nos mataremos” evidencian un lenguaje de odio que ya ha sido utilizado antes con consecuencias trágicas.

360°/AR/OBP