La política antiinmigrante de Donald Trump ha resonado en varios estados republicanos de Estados Unidos. En Misuri, el Senado está considerando una propuesta de ley que recompensa con mil dólares a quienes denuncien a migrantes en situación irregular y faciliten su detención. Esta iniciativa busca establecer un programa de cazarrecompensas para atrapar a aquellos sin documentos.
La propuesta, impulsada por el senador republicano David Gregory, ha generado una ola de críticas. Activistas y legisladores demócratas han advertido que esta medida fomenta la discriminación y el perfilamiento racial, además de alentar la persecución de migrantes en las calles de EE.UU.
Un Estado al servicio de Trump
La ley SB72, presentada en diciembre, establece que cualquier persona que colabore en la captura de un migrante sin estatus legal podría recibir mil dólares si su denuncia resulta en una detención. En defensa de esta medida, Gregory afirmó que funcionaría como “un ICE estatal”, en referencia a la agencia federal de inmigración.
La propuesta de cazarrecompensas ha sido condenada como inhumana y peligrosa. La senadora demócrata Barbara Washington advirtió que puede llevar a la persecución de ciudadanos solo por su color de piel o acento. “No me digan que no va a pasar, porque ya está pasando”, advirtió.
El racismo como política de Estado
Las protestas contra esta propuesta han resonado en la legislatura de Misuri, donde numerosas personas han testificado en su contra. Organizaciones de derechos humanos han alertado sobre el riesgo de ataques racistas y la criminalización de comunidades enteras bajo esta legislación.
Mientras la propuesta en Misuri avanza, en Misisipi, una iniciativa similar fue detenida en la legislatura. Sin embargo, el republicano Justin Keen, promotor de la medida, justificó su plan al afirmar que busca “proteger a los ciudadanos” de supuestos criminales extranjeros.
El plan antiinmigrante sigue en marcha
El discurso de Donald Trump ha fortalecido estas iniciativas en diversos estados. Según encuestas recientes, el 55% de los votantes estadounidenses apoya su plan de deportaciones masivas, y el 88% respalda la expulsión de migrantes en situación irregular con antecedentes penales.
A pesar de que la ley en Misuri aún no ha sido aprobada, su mera existencia evidencia cómo el racismo y la persecución de migrantes están siendo legitimados en EE.UU. bajo la justificación de la seguridad nacional. La campaña de Trump por una América sin migrantes indocumentados avanza, aumentando el riesgo de convertir la xenofobia en una política estatal.
Fuente: Venezuela News
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