Un equipo de investigadores de la Universidad de Fudan, en colaboración con la Academia de Ciencias de China, ha desarrollado un avance tecnológico que podría cambiar la vida de millones de personas ciegas.

Se trata de un implante retiniano de nueva generación, que restaura la visión de forma segura y efectiva, sin necesidad de batería externa y mediante una cirugía mínima invasiva.

Este dispositivo, basado en nanocables de telurio, funciona con la luz: al recibirla, genera una corriente eléctrica que estimula las células nerviosas que aún sobreviven en la retina. Así, asume las funciones de los dañados fotorreceptores, permitiendo que los pacientes vuelvan a percibir estímulos visuales.

Lo más sorprendente es que el alcance del implante no solo restaura la vista, sino que también amplía sus capacidades. Puede detectar longitudes de onda en el rango de 470 a 1550 nanómetros, incluyendo luz infrarroja invisible para el ojo humano.

Los científicos aseguran que el implante ya ha demostrado ser seguro, sin efectos secundarios durante seis meses de observación en animales. El siguiente paso será mejorar la velocidad y precisión en el procesamiento visual para acercarse aún más a la visión natural.

Fuente: TV Brics

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