En su más reciente análisis desde el espacio «ClaraMente», la periodista Clara Vega expone cómo la ExxonMobil habría jugado un papel determinante en la salida de Chevron de Venezuela. A través de documentos y testimonios, se plantea una inquietante pregunta: ¿están las grandes corporaciones dirigiendo la política exterior de Estados Unidos?

La ExxonMobil y su influencia en la industria petrolera venezolana

El gobierno venezolano ha denunciado que la ExxonMobil diseñó un documento titulado «Sanciones en el petróleo de Venezuela, menos dinero significa menos poder», en el que se detallan estrategias para afectar la economía del país mediante sanciones y presiones a empresas extranjeras. Según esta versión, la petrolera habría financiado la retirada de Chevron como parte de un plan para debilitar la industria petrolera venezolana.

Corporatocracia: el verdadero poder detrás de los gobiernos

Expertos en geopolítica afirman que este fenómeno responde a lo que se conoce como corporatocracia, un sistema en el que las grandes empresas controlan las decisiones de los Estados. Este concepto ha sido desarrollado por economistas como Jeffrey Sachs en su libro «El precio de una civilización» y por John Perkins en «Confesiones de un sicario económico». Según Perkins, las corporaciones utilizan estrategias económicas y políticas para moldear los gobiernos en función de sus intereses.

Empresarios al mando: la conexión con la Casa Blanca

El análisis también destaca la cercanía entre líderes corporativos y el gobierno de Estados Unidos. Figuras como Jeff Bezos (Amazon), Mark Zuckerberg (Meta) y Elon Musk (Tesla, SpaceX y X) han consolidado su influencia dentro de la política estadounidense. La designación de Musk como jefe del departamento de eficiencia gubernamental refuerza la idea de que las grandes empresas dictan muchas de las políticas nacionales e internacionales.

Estudios previos, como el realizado por Corporate Watch en el año 2000, revelaron que apenas 200 corporaciones controlaban más de una cuarta parte de la actividad económica global. Además, de las 51 empresas más grandes del mundo, 47 tienen su sede en Estados Unidos. Esta concentración de poder pone en entredicho la independencia de los gobiernos frente a los intereses empresariales.

¿Quién gobierna realmente en Estados Unidos?

Con estos hallazgos, se abre un debate crucial sobre el verdadero poder detrás de las decisiones políticas y económicas. ¿Es la política exterior de Estados Unidos una extensión de los intereses de las grandes corporaciones? La investigación de Clara Vega sugiere que, más que los presidentes, son las grandes multinacionales quienes llevan las riendas del poder.

360°/AR/CV