Este 14 de junio, más de 190 organizaciones de derechos humanos y pro-democracia se movilizarán en todo Estados Unidos para protestar contra el presidente Donald Trump. Las manifestaciones ocurrirán en al menos 1.800 ciudades, y reunirán a sectores sociales que se sienten golpeados por las políticas del mandatario.
Trump eligió ese mismo día para realizar un desfile militar con motivo de los 250 años del ejército estadounidense, que además coincide con su cumpleaños número 79.
La coalición No Kings (Sin Reyes), que lidera la convocatoria, espera llenar las calles de protestas de costa a costa como respuesta directa al acto oficial.
«En lugar de permitir que este desfile de cumpleaños sea el centro de gravedad, haremos que la acción en todas partes sea la historia de EE.UU. ese día: gente uniéndose en comunidades de todo el país para rechazar la política autoritaria y la corrupción», anunció la organización.
También adelantaron que «celebraremos una importante marcha y manifestación emblemática en Filadelfia para establecer un claro contraste entre nuestro movimiento popular y el costoso, derrochador y antiestadounidense desfile de cumpleaños en Washington».
Una protesta que se nutre del rechazo creciente
El movimiento busca aprovechar el creciente rechazo a las recientes redadas y deportaciones que han tomado fuerza en distintas ciudades del país. Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha endurecido su política tanto hacia adversarios como hacia aliados, dentro y fuera del territorio estadounidense.
Los organizadores también se oponen a las medidas migratorias, las reformas fiscales y los aranceles impuestos por su administración, que —según denuncian— han elevado el costo de vida y afectado a la clase trabajadora.
A las quejas se suman los despidos masivos, los recortes de presupuesto en universidades públicas y lo que califican como políticas de chantaje desde Washington.
Esta jornada de movilización apunta a convertirse en la protesta más grande contra Trump, incluso superando las de su primer mandato. Para sus organizadores, podría ser el punto de partida de un movimiento nacional más amplio que crezca en la medida en que —según denuncian— “la soberbia se apodera de la actitud gubernamental”.
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