En su más reciente investigación, la periodista Clara Vega revela que la separación de familias migrantes en EE. UU., particularmente desde 2017 bajo la política de “Tolerancia Cero” del presidente Donald Trump, no es solo una estrategia de control, sino un negocio millonario que se financia a costa del sufrimiento humano.

Entre 2017 y 2021, más de 4.600 niños fueron separados de sus padres, y aún hay 1.360 cuyos destinos se desconocen, según informes de Human Rights Watch y Yale. Sin embargo, lo que pocos saben es que detrás de estas acciones hay una lucrativa red de negocios.

El negocio de lucrar con el dolor

La investigación revela que la detención de un adulto genera unos 200 dólares en ganancias, pero capturar y mantener a un menor triplica esa cifra, alcanzando aproximadamente 400 dólares por niño. Las instalaciones de migrantes están controladas por empresas privadas como Geo Group y CoreCivic, cuyos valores en Bolsa se dispararon, en un contexto en que promesas de deportaciones masivas impulsaron sus beneficios: Geo Group subió casi 90% y CoreCivic alrededor del 50%.

Grandes fondos de inversión como BlackRock, Vanguard y Goldman Sachs son los principales accionistas de estas corporaciones, evidenciando la profunda relación entre los intereses económicos y la política migratoria. Además, sectores como transporte y aerolíneas – incluyendo American Airlines, Delta, Southwest, Frontier, Alaska Airlines y United – trasladan a los migrantes y también lucran con esta crisis.

La red de negocios privados que alimenta la tragedia

Bianca Tylek, experta en transparencia en centros de detención, denuncia que existe una vasta red que obtiene millones en ganancias: empresas como Southwest Key reportaron ingresos cercanos a 1.8 mil millones en una década. Desde transporte y alimentación hasta telecomunicaciones, todo forma parte de un sistema que se financia a partir del sufrimiento de esas familias.

La realidad de los niños y sus familias

Estas políticas violan derechos humanos, destruyen hogares y dejan impactos irreversibles en los menores. La separación no solo busca disuadir la migración, sino que también ha generado un lucrativo negocio para unos pocos, en el que las vidas humanas parecen convertirse en piezas de un sistema que prioriza la ganancia sobre la dignidad.

 

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Clara Vega

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