Colombia vivió este martes una de sus jornadas más violentas en lo que va del año. Disidentes de las FARC ejecutaron una serie de atentados con armas de fuego, coches bomba, motos bomba y drones en los departamentos de Cauca y Valle del Cauca, dejando al menos siete muertos y más de treinta heridos.

“Los ataques indiscriminados fueron registrados principalmente en los departamentos de Valle del Cauca y Cauca”, informó el general Carlos Triana, director de la Policía Nacional, en declaraciones a W Radio. Confirmó la muerte de dos policías y dos civiles, además de 12 heridos, entre ellos tres uniformados. La Secretaría de Salud luego amplió la cifra: “se han confirmado 36 personas atendidas por los equipos de emergencias médicas. Entre ellas, tres menores de edad”.

El ataque más grave ocurrió en Guachinte, donde una bomba en una señalización vial mató a cuatro personas. Luego, hombres armados asesinaron a un policía que custodiaba un peaje entre Popayán y Cali, hiriendo a tres más.

En Cali, dos motos bomba estallaron en distintos puntos; una de ellas, cerca de una estación policial, causó un muerto y cinco heridos. En El Bordo y Corinto, Cauca, explotaron dos coches bomba que dejaron daños materiales. También aparecieron seis cilindros bomba en Palmira, con mensajes firmados por disidencias de las FARC.

Triana añadió que hubo enfrentamientos en Morales, y aseguró: “con estos actos los guerrilleros conmemoran a un comandante abatido por la Policía en 2022”.

Esta ofensiva, liderada por alias Iván Mordisco, representa uno de los ataques más duros al gobierno de Gustavo Petro, quien asumió la presidencia con la promesa de lograr acuerdos de paz, aún sin resultados concretos. El clima de tensión crece tras el atentado del sábado contra el senador Miguel Uribe Turbay, quien permanece en estado crítico.

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