El Gobierno argentino, encabezado por Javier Milei, decidió no renovar la moratoria que permitía a los adultos mayores acceder a la jubilación sin cumplir con los 30 años de aportes previsionales. Esta medida afectará a más del 70% de los adultos mayores que esperaban jubilarse.

Con el ajuste fiscal en marcha, el Ejecutivo ha suspendido la política que facilitaba el retiro digno. Más del 30% de los trabajadores en Argentina se encuentra en la informalidad laboral, lo que aumenta la necesidad de herramientas como las moratorias previsionales.

Ahora, aquellos que no consigan jubilarse deberán solicitar la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que representa solo el 80% de la jubilación mínima, fijada en $349.000 pesos (270 dólares). Sin embargo, esta prestación equivale a solo el 23% de la canasta básica del adulto mayor, que sobrepasa los $1.200.000.

La eliminación de las moratorias también genera un desfase significativo: la edad jubilatoria para mujeres se mantiene a los 60 años, mientras que la PUAM se concede a partir de los 65. Además, la PUAM no permite trabajar ni recibir pensión por fallecimiento.

Según el Centro de Economía Política Argentina, entre 2024 y el presente, 427.000 personas recibieron el alta jubilatoria, de las cuales el 73,5% accedió a través de la moratoria. La decisión del Gobierno dejará a muchos sin acceso a una pensión adecuada.

Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad en Buenos Aires, calificó esta medida como «un nuevo golpe a los viejos» y destacó cómo agrava la ya crítica situación de los jubilados que sobreviven con ingresos mínimos. Además, otros expertos advierten que cualquier reforma requerirá un consenso político, que actualmente parece difícil de alcanzar.

Fuente: Sputnik

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