En un mundo marcado por la incertidumbre económica y el desplome de los mercados, el presidente de EE.UU, Donald Trump, ha aumentado significativamente su fortuna personal. A pesar de la crisis que afecta a industrias y millones de personas en todo el planeta, Trump ha encontrado oportunidades para diversificar y expandir sus inversiones.

El presidente ha capitalizado sectores que han mostrado resistencia durante la recesión, como el inmobiliario y el entretenimiento. Su capacidad para identificar tendencias emergentes y adaptarse a un entorno cambiante le ha permitido no solo preservar su riqueza, sino también incrementarla notablemente.

Mientras el mercado estadounidense enfrenta una caída histórica de 5 billones de dólares en valor tras el anuncio de nuevos aranceles globales, sus propiedades brillan como centros de exclusividad y lujo. Por ejemplo, el Trump National Doral, su resort de golf en Florida, agotó las reservas de sus 643 habitaciones, incluida una suite presidencial que cuesta 13,000 dólares por noche. El torneo de golf en Doral atrajo a miles de aficionados y recibió el respaldo de patrocinadores destacados, como el fondo soberano de inversión de Arabia Saudita, la petrolera Aramco y la empresa china TikTok.

Además, las tiendas del resort vendieron productos de la marca Trump, algunos elaborados en China, lo que dejó a los empleados en la incertidumbre sobre cómo los nuevos aranceles afectarían los precios.

Mientras la élite disfrutaba de lujosos eventos en las propiedades de Trump, muchos ciudadanos enfrentaron la dura realidad de la incertidumbre económica, provocada en parte por las mismas políticas que beneficiaron al presidente.

Fuente: Medios Internacionales

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