En la isla de Kyushu, Japón, la ciudad de Shimabara se destaca por un fenómeno poco común que transforma sus desagües en un auténtico santuario de vida. Lejos de los típicos desagües turbios, los canales de esta ciudad fluyen con aguas cristalinas que albergan a los bellos peces koi, convirtiendo el paisaje urbano en un espectáculo vibrante.
La historia de estas aguas puras comienza tras un terremoto y tsunami que afectaron la región hace muchos años. Desde entonces, brotaron manantiales que desbordan su pureza, lo que llevó a los residentes a tomar una decisión audaz en 1978: introducir peces koi en sus canales. Estos peces, profundamente emblemáticos en la cultura japonesa, simbolizan belleza y buena fortuna.
Hoy en día, los turistas y habitantes disfrutan de la vista de estos coloridos peces nadando en armonía por los canales. Estos desagües, transformados en un atractivo turístico conocido como la “ciudad de la carpa nadadora”, reflejan el respeto de la cultura japonesa hacia la naturaleza y su compromiso con la limpieza de los espacios urbanos.
Shimabara se presenta como un ejemplo de convivencia entre humanos y naturaleza, donde los ciudadanos mantienen las aguas cristalinas y protegen a sus habitantes acuáticos. Este lugar no solo ofrece una experiencia visual única, sino que también evidencia la importancia de la empatía y la cultura ecológica en la sociedad moderna.
Fuente: Últimas Noticias
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