El centro de detención migratoria Alligator Alcatraz, ubicado en los Everglades, Florida, ha despertado polémica por las condiciones en las que permanecen los detenidos. Migrantes y sus familiares denuncian falta de agua, calor extremo, comida en mal estado y escaso acceso a atención médica y legal.

Vladimir Miranda, un migrante cubano detenido desde el domingo, describió a Telemundo 51 constantes fallas eléctricas que afectan el aire acondicionado, el agua y las llamadas telefónicas. “Estamos aquí sudando”, aseguró.

Su pareja, Eveling Ortiz, declaró a NBC News 6 que los detenidos no pueden bañarse ni usar los baños por la falta de agua. Otro migrante, el artista urbano cubano Leamsy Izquierdo, afirmó llevar cuatro días sin ducharse y denunció que solo les dan comida una vez al día, a veces con gusanos. “Comida que ha traído hasta gusanos, ¿me estás entendiendo?, las luces no te las quitan nunca, veinticuatro horas. No sé con qué motivo están haciendo esto, no sé si es una forma de tortura”, declaró en una llamada desde el centro.

Un colombiano detenido también reportó no haber recibido su medicación en tres días y denunció la falta de acceso a abogados especializados en inmigración.

Los migrantes aseguran que no les permiten salir al exterior, lo que empeora el hacinamiento y el malestar general.

Alligator Alcatraz fue construido por el gobierno de Florida en menos de dos semanas, sobre un viejo aeropuerto en medio de una reserva ecológica. Allí se levantaron carpas con celdas de alambre, baños portátiles y generadores eléctricos. La instalación ha generado rechazo entre ambientalistas y comunidades indígenas, además de críticas por bloquear el acceso a autoridades locales y medios.

La alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, exige ingresar al lugar tras los reportes de muertes y condiciones peligrosas en centros similares. Según indicó, al menos cinco personas han fallecido bajo custodia migratoria en Florida este año.

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