Mantener el pan fresco después del primer día suele ser un desafío. Muchas personas descubren que al poco tiempo su pan se endurece o, peor aún, empieza a enmohecerse. Aunque existen múltiples métodos caseros para alargar su vida útil, un reconocido panadero ha compartido una solución que destaca por su sencillez y efectividad.

El error del plástico y la alternativa ideal

Joost Arijs, panadero holandés con amplia experiencia, explicó que el error más común es almacenar el pan en bolsas de plástico. Aunque pueda parecer una forma práctica de conservarlo, este material atrapa la humedad, lo que hace que el pan pierda su textura crujiente, se vuelva gomoso y, con frecuencia, desarrolle moho.

La recomendación de Arijs es simple: sustituir el plástico por bolsas de papel. Este material permite que el pan respire, ayuda a mantener su corteza crocante y retrasa la aparición del moho. Según el panadero, esta práctica alarga la frescura del pan sin necesidad de técnicas complicadas o envoltorios especiales.

Aun así, advierte que ningún método es infalible. Con el paso de los días, el pan inevitablemente perderá parte de su textura original, aunque el uso del papel puede ralentizar ese proceso.

Otras formas efectivas de conservar el pan

Además del papel, hay otras alternativas útiles. El papel parafinado, común en panaderías, equilibra la humedad y la ventilación. Los envoltorios de cera de abeja, más sostenibles, también permiten que el pan respire sin que se reseque demasiado pronto.

También sigue vigente el uso de la panera, que ofrece ventilación y evita que el pan se deteriore rápidamente. Y si se trata de conservarlo por más días, congelarlo es una buena opción, siempre que se envuelva bien en papel film o una bolsa adecuada.

Con pequeños cambios como evitar el plástico y elegir envoltorios más adecuados, es posible disfrutar del pan fresco por más tiempo. Tal como sugiere Arijs, lo más simple muchas veces es lo más efectivo.

Fuente: Globovisión 

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