En un movimiento decisivo, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de EE. UU. ha revocado la licencia 41 que permitía a Chevron continuar sus operaciones en Venezuela. La anulación, oficialmente confirmada el 3 de abril, deja a la empresa en un plazo crítico para cerrar sus operaciones en el país, lo que genera un fuerte impacto en el sector energético venezolano.
Esta decisión, tomada por el Departamento del Tesoro, ha desatado una ola de incertidumbre en ambos países, provocando temores sobre una crisis económica aún mayor en Venezuela. Economistas advierten que la salida de Chevron, una de las principales empresas petroleras activas, podría disparar el tipo de cambio y aumentar la inflación.
La cancelación de la licencia y la subsecuente expectativa de disminución en la entrada de divisas traerán consigo retos adicionales, especialmente en un contexto donde las migraciones hacia otros países de la región han aumentado. Los expertos subrayan que la falta de inversión extranjera y el colapso del sector petrolero acentuarán la crisis humanitaria en el país.
Con la llegada de estas consecuencias inminentes, el futuro de la economía venezolana se encuentra en un delicado equilibrio, manteniendo a la población en una constante incertidumbre sobre lo que vendrá.
Fuente: Venezuela News
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