El papa Francisco falleció este 21 de abril a los 88 años en su residencia en la Casa Santa Marta, dentro del Vaticano. El pontífice enfrentaba una «pulmonía bilateral» acompañada de una «infección polimicrobiana».
Ahora la Iglesia católica se prepara para despedir a su líder y elegir a un nuevo pontífice. El proceso está descrito en la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, que detalla tanto el funeral como el cónclave para la elección del sucesor.
Aunque los rituales siguen la tradición, Francisco hizo algunos cambios. Quiso que su funeral se enfocara más en la fe que en el protocolo. «El rito renovado busca enfatizar aún más que el funeral del Romano Pontífice es el de un pastor y discípulo de Cristo y no el de una persona poderosa de este mundo», explicó el arzobispo Diego Ravelli, maestro de ceremonias.
¿Qué novedades tendrá el funeral?
En abril de 2024, el papa aprobó una nueva versión del libro litúrgico Ordo Exsequiarum Romani Pontificis. Esta edición incorpora varios cambios.
Uno de ellos es que la confirmación de la muerte ya no se hará en la habitación, sino en la capilla. También eliminó el velatorio privado en el Palacio Apostólico, donde solían asistir miembros de la jerarquía y altos funcionarios italianos. Además, suprimió el pedestal donde se exponía el cuerpo en el velorio público.
Antes, los papas eran enterrados en tres ataúdes: uno de ciprés, otro de plomo y uno de olmo. Francisco prefirió un solo ataúd de madera, forrado en zinc.
La misa funeral se hará en la Plaza de San Pedro. Sin embargo, él pidió ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, cerca de su imagen favorita de la Virgen.
El camarlengo y tres asistentes definirán cuándo se expondrá el cuerpo. Los cardenales fijarán la fecha del funeral y el entierro. Según la tradición, romperán el anillo del Pescador y el sello papal para evitar su uso.
El camarlengo también cerrará y sellará la residencia del papa. En este caso, no es el Palacio Apostólico, sino su modesta suite en Santa Marta.
El funeral suele celebrarse entre cuatro y seis días después de la muerte. El luto completo dura nueve días. Entre 15 y 20 días después del fallecimiento, se convocará el cónclave. Los cardenales elegirán al nuevo papa por mayoría de dos tercios.
Fuente: RT
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