Luego del anuncio de alto al fuego entre India y Pakistán, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, sostuvo llamadas con autoridades de ambos países para renovar la disposición de su gobierno a actuar como mediador en el conflicto.

Wang expresó su respaldo a unas negociaciones que logren un cese «integral y duradero» e insistió en que «toda vez que se declare un alto el fuego, ambas partes deben cumplirlo para evitar que vuelva a surgir un conflicto».

Durante su conversación con el canciller paquistaní, Ishaq Dar, destacó el apoyo de Beijing a que «Pakistán proteja su soberanía y dignidad nacionales» y que tome decisiones «que se corresponda[n] con sus intereses fundamentales a largo plazo».

Con el asesor de seguridad indio, Ajit Doval, Wang recordó que «India y Pakistán son vecinos que no pueden mudarse, y ambos son vecinos de China», y celebró que India afirmara que «la guerra no es su elección».

Doval, por su parte, aseguró que Pakistán está dispuesto a respetar el alto al fuego, pero advirtió que «responderá a cualquier infracción de la soberanía territorial de Pakistán».

Aunque el acuerdo fue bien recibido por líderes internacionales, India y Pakistán se acusaron mutuamente de violarlo horas después de su firma.

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