Recientes declaraciones de la periodista Liliana Elías y el ingeniero agrónomo Francisco Betancourt, de Chocolates El Rey, han encendido las alarmas sobre la creciente introducción ilegal del cacao CCN-51 en Venezuela. Esta variedad ecuatoriana, conocida por su alta productividad, está causando temores debido a su impacto potencial en los cultivos criollos y trinitarios locales, muy apreciados por su calidad y sabor.

El cacao CCN-51, desarrollado en Ecuador en 1965, fue diseñado para mejorar el rendimiento, pero su perfil de sabor no satisface los estándares de la buena chocolatería. Betancourt advierte que la indiscriminada siembra de esta variedad podría desplazar a las variedades autóctonas, que son la joya de la producción venezolana en el mercado internacional.

La disponibilidad de esta variedad ha aumentado, impulsada por el incremento de precios a nivel global, lo que ha llevado a algunos productores a importarlo a pesar de su prohibición en Venezuela desde 2022. La Gaceta Oficial señaló que esta medida busca proteger las plantaciones criollas y trinitarias, catalogadas como de alta calidad por la Organización Internacional del Cacao (ICCO).

 

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Betancourt, con 25 años de experiencia en el sector, inició una campaña en redes sociales para concienciar sobre los riesgos del CCN-51. Asegura que, aunque se le atribuyen beneficios como la resistencia a enfermedades, es un mito: «El CCN-51 reduce significativamente la calidad de nuestro cacao», enfatiza Betancourt, quien además ha alertado que muchos compradores han dejado de adquirir cacao resultante de cruces con esta variedad.

La amenaza del cacao CCN-51 plantea serios desafíos para la producción agrícola venezolana y su reputación internacional. Proteger la herencia del cacao criollo y trinitario resulta crucial para el futuro del sector.

Fuente: Puro Cacao

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