El presidente Nicolás Maduro mostró su indignación ante la propuesta del mandatario de El Salvador, Nayib Bukele, sobre un intercambio de prisioneros que incluiría a migrantes venezolanos secuestrados en ese país. Maduro calificó esta acción como un acto bajo «los esquemas nazis», exigiendo al gobierno salvadoreño que “dé fe de vida de todos los muchachos secuestrados” y que permita la visita de sus abogados.

En su programa “Con Maduro +”, el presidente venezolano criticó la situación de los venezolanos detenidos en cárceles salvadoreñas, destacando la falta de acceso a llamadas, abogados y organismos internacionales de derechos humanos. Aseguró que «no cometieron ningún delito allí», subrayando que “estos venezolanos, que están secuestrados, no se les ha permitido acceso a una llamada para sus familiares (…) ni a ningún organismo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas”. Además, enfatizó que se trataba de un «secuestro de Estado» y un «delito grave de lesa humanidad».

Maduro también hizo referencia a los señalamientos de Tarek William Saab, Fiscal General de Venezuela, quien calificó a Bukele como “violador serial de derechos humanos”. En este contexto, el presidente mencionó el caso de más de 85 mil salvadoreños afectados por violaciones a sus derechos y la presunta muerte de mil personas bajo tortura en los campos de concentración del gobierno de Bukele.

Maduro critica apoyo a Bukele

Maduro también mostró su molestia por el apoyo público de figuras como María Machado y Leopoldo López a la postura de Bukele respecto a los prisioneros venezolanos. Cuestionó la moral de estos políticos y alertó al pueblo sobre el descaro de sus acciones.

«Las elecciones de este año no las va a parar nadie»

Por otro lado, el presidente Maduro destacó que las elecciones de 2025 en Venezuela no serán detenidas por «nadie», asegurando que su gobierno está respaldado por «una alianza perfecta del Gran Polo Patriótico». En la misma edición de “Con Maduro +”, reafirmó su compromiso con el camino político y constitucional, y expresó su deseo de contar con una oposición más coherente, en lugar de la «basura» representada por figuras como María Machado.

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