En el trasfondo del sistema financiero global, BlackRock se erige como el mayor gestor de fondos del mundo, superando en activos cualquier nación, excepto Estados Unidos y China. Con un capital impresionante de 11 billones de dólares, BlackRock es uno de los principales accionistas de gigantes como Apple y Pfizer, lo que le otorga una influencia significativa en la economía global.
Recientemente, la firma anunció la adquisición de la empresa china CK Hutchinson, dueña de 43 puertos en más de 20 países, incluidos dos estratégicos en Panamá, una jugada que busca reducir la influencia china en la región y que refuerza la postura de EE. UU sobre el Canal de Panamá. Este movimiento comercial se suma a su participación del 6,8% en Lockheed Martin y del 5,93% en Northrop Grumman, apuntando hacia una conexión inquietante con el complejo militar-industrial.
Fundada en 1988 por Laurence D. Fink y siete socios, BlackRock se ha entrelazado con los hilos del poder político, usando su influencia para incidir en decisiones gubernamentales. Fink, que forma parte del Consejo Directivo del Foro Económico Mundial, ha expresado preocupaciones sobre las deportaciones masivas en Estados Unidos y sus posibles efectos en sectores claves de la economía, como la agricultura y la tecnología.
En un mundo donde el control del dinero se traduce en poder político, BlackRock no solo gestiona inversiones, sino que también afecta vidas, datos y el futuro de millones.
Fuente: Extra News Mundo
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