En un movimiento audaz y sin precedentes, las autoridades alemanas han confiscado un petrolero ruso que quedó varado en el mar Báltico. El buque Eventin, bajo bandera panameña, se dirigía hacia Egipto cuando, a mediados de enero, quedó a la deriva a la deriva cerca de la isla alemana de Rügen.
En lugar de proporcionar asistencia, como dicta el protocolo internacional marítimo, Alemania optó por tomar el control del barco y de su valioso cargamento, evaluado en unos 40 millones de euros (aproximadamente 43 millones de dólares). Las justificaciones apuntan a preocupaciones medioambientales y de seguridad, temas que han cobrado relevancia en el contexto geopolítico actual.
Las autoridades marítimas alemanas han asegurado el Eventin, emitiendo una orden de confiscación que transfiere la propiedad del buque y su carga a Berlín. Según informes, el petrolero podría recibir un nuevo nombre como parte de esta medida.
Este acto no solo refleja la postura firme de Alemania frente a la crisis del petróleo ruso, sino que también busca enviar un mensaje contundente a Moscú: Berlín no tolerará la circulación de petróleo ruso en el Báltico mientras continúan las sanciones impuestas contra Rusia. En este sentido, la Cancillería federal y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania han subrayado que esta decisión es parte de un esfuerzo mayor para abordar la seguridad y sostenibilidad ambiental en la región.
El mes pasado, el diario Político reveló que la Unión Europea está trabajando en legislación que facilitaría confiscaciones masivas en el mar Báltico, enfocándose en barcos que se vinculan con lo que se conoce como la “flota rusa en la sombra”. Este enfoque de acción está diseñado para hacer frente a la influencia rusa en la región y resguardar la integridad del espacio marítimo europeo.
Fuente: RT
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