Este martes 13 de mayo, en una audiencia celebrada en Los Ángeles, el juez Michael Jesic decidió modificar la condena de cadena perpetua impuesta a Lyle y Erik Menéndez, reduciéndola a una pena de 50 años de cárcel por el asesinato de sus padres.

Según medios internacionales, esta decisión judicial abre una nueva posibilidad para los hermanos, de 54 y 57 años, quienes ahora podrían optar por la libertad condicional. A lo largo de los años, el caso ha estado rodeado de controversias y nuevas versiones, incluyendo acusaciones de abuso sexual por parte de su padre. No obstante, en 1996 ambos fueron declarados culpables y recibieron la pena máxima disponible en ese momento.

La audiencia fue calificada por varios portales como emotiva. Desde la prisión, los hermanos Menéndez se dirigieron al tribunal mediante videollamada. Durante su intervención, Lyle afirmó que asumía “toda la responsabilidad” por el asesinato de sus padres, José y Kitty, mientras que Erik manifestó arrepentimiento tanto por sus acciones como por las falsedades que dijo en el pasado.

Oposición de la Fiscalía

A pesar de las declaraciones de los acusados, la Fiscalía de Los Ángeles expresó su desacuerdo con la decisión del juez Jesic. A su juicio, los hermanos “durante décadas, no asumieron plenamente su responsabilidad”.

Este giro en el caso se produce tras una fuerte presión pública impulsada por el renovado interés mediático, particularmente a raíz del estreno de la miniserie de Netflix Monstruos. Además, varios familiares intervinieron en la audiencia solicitando la liberación de los Menéndez, argumentando que ambos han cambiado con el paso del tiempo.

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