El Etna, el volcán más grande y activo de Europa, entró en erupción con fuerza. Las explosiones lanzaron una imponente columna de humo y material piroclástico descendió por la ladera sureste.
La erupción tomó por sorpresa a varios turistas que recorrían la zona. Muchos salieron corriendo ante el estruendo y la actividad volcánica. A pesar del impacto visual, las autoridades aseguraron que el fenómeno no representa un peligro inmediato para la población. La actividad se mantiene confinada dentro del Valle del León, a unos 2.800 metros de altitud.
El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) monitorea constantemente el volcán y confirmó, mediante cámaras térmicas, la presencia de flujos piroclásticos, coladas de lava y emisiones de gases desde el suelo.
Según el INGV, esta nueva fase eruptiva probablemente comenzó tras “el colapso parcial del cráter sureste”. Sin embargo, el material incandescente no ha salido del Valle del León, una zona habitual para los excursionistas que ascienden por el Etna.
En su informe más reciente, el INGV informó que la erupción continúa con “emisiones de lava y niveles muy elevados de temblor volcánico”. Desde la ciudad de Catania, al sur del volcán, el espectáculo se observa con claridad. Aun así, el aeropuerto de la ciudad sigue operando con normalidad.
Fuente: Medios internacionales
360°/AR/OBP