Cada semana, Estados Unidos envía más de 14 millones de moscas estériles a la frontera entre Panamá y Colombia para acabar con la mosca del gusano barrenador, un insecto que amenaza la salud de animales y la economía regional.
Este método, que llevan a cabo en colaboración con la Comisión Panamá-Estados Unidos (COPEG), consiste en criar las moscas en laboratorios, exponerlas a radiación para que no puedan reproducirse y luego liberarlas desde aviones en zonas clave. Cuando las moscas macho esterilizadas se aparean con hembras silvestres, no dejan nuevas larvas, lo que ayuda a reducir la población de la plaga en la zona.
Aunque ya eliminaron esta mosca en Norteamérica y Centroamérica, todavía está presente en algunos países de Sudamérica. Si no controlan la plaga, podría volver a expandirse y poner en riesgo millones de animales, causando pérdidas millonarias en la ganadería.
La mosca del gusano barrenador es especialmente peligrosa para animales de sangre caliente, incluyendo ganado, animales silvestres e incluso seres humanos. Sus larvas viven en heridas abiertas y en cavidades, alimentándose de tejido vivo, lo que puede provocar infecciones graves o incluso la muerte si no recibe tratamiento a tiempo.
Esta estrategia sigue siendo fundamental para cuidar la salud animal y evitar una crisis económica en toda la región.
Fuente: Extra News Mundo
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