El Papa León XIV presidió su primera eucaristía como sumo pontífice en una ceremonia privada en la Capilla Sixtina del Palacio Apostólico, en el Vaticano. La misa fue celebrada en presencia de los cardenales que participaron en el cónclave que lo eligió.
El rito comenzó con cantos y oraciones en latín. Las dos primeras lecturas fueron proclamadas en inglés y español por dos religiosas, mientras que el salmo se recitó en italiano.
Durante su homilía, León XIV se dirigió a los 133 cardenales que lo eligieron el día anterior con palabras cargadas de significado: «Me han llamado para llevar una cruz y para ser bendecido con esta misión y quiero que ustedes caminen conmigo porque somos Iglesia, una comunidad que debe anunciar la buena nueva».
El pontífice también reflexionó sobre los desafíos que enfrenta hoy la fe cristiana, señalando que hay ambientes en los que se la percibe como «absurda, reservada para los débiles y poco inteligentes», y donde se valoran más otras formas de seguridad como «la tecnología, el dinero, el éxito, el poder o el placer».
«Hablamos de ambientes en los que no es fácil testimoniar y anunciar el Evangelio y donde se ridiculiza a quien cree, se le obstaculiza y desprecia, o, a lo sumo, se le soporta y compadece. Y, sin embargo, precisamente por esto, son lugares en los que la misión es más urgente», afirmó.
Antes de concluir, León XIV reiteró su deseo de caminar en unidad con los cardenales y les aseguró que confía en ellos para cumplir con la misión encomendada: «como comunidad de amigos de Jesús, como creyentes para proclamar la buena noticia, para anunciar el Evangelio».
Fuente: Últimas Noticias
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