En marzo, un incendio devastó más de 2,000 hectáreas en el Parque Nacional Budj Bim, en Victoria, Australia. Como resultado, las autoridades sacrificaron a más de 750 koalas en una controvertida operación aérea.
Las imágenes muestran a koalas heridos, deshidratados y atrapados entre cenizas. La decisión del gobierno de Australia de matarlos desde helicópteros con francotiradores ha generado furia y preocupación en todo el mundo.
La primera ministra del estado, Jacinta Allan, justificó la medida diciendo que buscaba evitar más sufrimiento a los animales. Sin embargo, los críticos cuestionan si las evaluaciones fueron completas y si algunos koalas con crías o en estado crítico recibieron la atención que merecen.
El problema se vuelve aún más urgente porque los koalas están en peligro de extinción. Su población cayó un 62% en los últimos 20 años, y muchos expertos advierten que podrían desaparecer antes de 2050 si no mejoran las medidas de conservación.
Este caso plantea un fuerte debate sobre cómo proteger a los animales sin recurrir a la violencia. La comunidad internacional pide respuestas y acciones que respeten la vida de cada uno de estos seres vulnerables.
Se recopilan firmas para exigir una investigación transparente y promover métodos más humanos y éticos en futuras emergencias.
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Fuente: Últimas Noticias
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